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— Uh do esto les llamó la atencion, y les llenó de gozo espiritual; pero les causó gran sentimien- to, lo que les dijeron las Madres de haberle quiz tado el hábito capuchino y haberle puesto el de observante. Afearon este yerro y encomendaron á la hija del marqués que cuanto antes buscasen un hábito capuchino para ponérsele; y no conten= tos con eso, cuando llegaron á Italia, lo dijeron al General Fr. Juan María de Noto, y este escribió al punto al provincial de esta de Castilla (cuyo original conservamos), mandándole, que sepa'con el mayor cuidado y cautela, si se ha enmendado este yerro; y que de no haberle hecho, envie dos religiosos de conocida industria, para que tomada declaracion de cuanto habia pasado, le vistan el hábito capuchino, y que al mismo tiempo se in- formen de los milagros que hubiere obrado: y .en la misma carta remite la instruccion cios todo | ello. 14. Salieron, pues, de Villafranca, hefbióndost despedido de su bendito Padre, aunque dejando allí sus corazones; y tomando el camino para Ita- lia, llegaron á Roma é informaron al reverendísimo Padre General de todo lo ocurrido: despues toma- ron la bendicion para cumplir con los encargos del varon santo, partieron á Brindis á llevar la prodigiosa cruz, obradora de tantas maravillas; pero en Bari, enfermó el P. Fr. Gerónimo de Casal- bono y no pudiendo proseguir el viaje, continuó soloel Padre Fr. Juan María; pero sabiéndolo en Brindis, le salieron á recibir con solemne pompa y general procesion asistiendo la ciudad, el ca-