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o en la córte todos lo conocian, aunque ignoraban la causa. Tambien refiere un autor grave (1), que el beato Lorenzo despues de muerto, se le apare= ció muchas veces al Señor Felipe MI, exhortándo: le á la virtud y al perfecto cumplimiento de sus obligaciones. A la vuelta de Portugal enfermó el rey en Casarrubios del Monte por el mes de Octu- bre de 1619: agravóse tanto la enfermedad, que todos pensaron era la última: llevó la villa de Ma- drid el cuerpo de San Isidro con real devota mag- nificencia y como aun no se habia cumplido el tér- mino de la profecía del varon santo, mejoró el rey y se puso en camino para Madrid y llegado el tiem- po señalado por el Señor y revelado á su siervo, murió en Madrid á 31 de Marzo de 1621, siendo de edad de cuarenta y dos años faltando á España y aun al mundo todo, un rey el mas justo, el mas piadoso, el mas amado de sus vasallos, el mas obedienteá la silla apostólica y el mas ejemplar y edificativo. Le asistió á su muerte el Guardian de los capuchi- nos del Pardo, cuyo convento habia fundado Su Magestad. El año antes de morir el rey aparecie- ron en el cielo dos terribles cometas á un mismo tiempo de color blanco, obscuro y nebuloso, con una punta de color encendido y ceniciento: dura- ron muchos dias y su figura era como de una pal- ma. Dió mucho en que entender á los sabios; pero cuando vieron las dos muertes del Sumo Pontífice y del rey, se inclinaron, á que era esta su signi- ficacion. ' 1) Marquina en sus fragmentos, fol. 318,

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