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Ma provincias de Italia. Su Majestad los recibió con singular benevolencia y agrado, y les dijo, que tenia muchos deseos de mostrar su devocion y afecto; y que mirasen si necesitaban alguna cosa, que luego mandaria socorrerlos; y que si querian, enviaria órden á los corregidores de los lugares de su tránsito, para que les atendiesen y socorriesen en cuanto necesitasen, como tambien á los coman- dantes de los puertos, para que les facilitasen em- barcacion cómoda hasta su destino. Dieron gracias áSu Majestad y le dijeron, que al presente no le- nian necesidad alguna; y que en adelante confia- ban en la Providencia divina, les socorreria como hasta allí. Besaron la mano,á Su Majestad y se despidieron con la mayor sumision y reverencia. Hecho esto se despidieron tambien de todos los grandes, ministros y demás señores de la córte, dándoles gracias por la estimacion que habian hecho de su venerable padre. Faltaba despedirse del excelentísimo señor D. Pedro de Toledo, de su hijo D. García de Toledo y de sus familiares, á quien tanto debian por la gran caridad y esmero, con que habian asistido al varon santo. Conocian el sentimiento que habia de causar á su excelen- cia y á toda la familia; pero siendo inexcusable, le dieron parte de su designio y que era su ánimo ir á Villafranca á visitar á su santo padre y tomar su bendicion para pasar á Italia. Dejo á la considera- cion de los prudentes, cuánto seriaelrdesconsuelo de D. Pedro de Toledo, al ver se ausentaban aque- llos padres y se quedaba solo sin tan santa com- pañía. «Padres mios (les dijo) sobre el gusto grande