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A PP ar dl ca - > d d dat pp Pp. sando, que como era regular, tuviesen ma] olor aquellos despojos, salia una especial fragancia, que causó singular consuelo y devocion á todos los presentes. Quisieron llevarse los despojos por reliquias; pero no lo permitieron los compañeros; no obstante un correo genovés, llamado Manfredi- no, quitó ocultamente un pedazo y le guardó por reliquia, con el cual hizo despues muchos prodi- gios en Italia (1). Alegres los religiosos con aquel rico tesoro del corazon del varon santo, le lleya- ron á su excelencia y notando su extraordinaria grandeza, alabó al Señor, que habia depositado en él cosas tan grandes y que para esto no bastaba la magnitud regular de un corazon humano. Man- dóle embalsamar y dividir en tres partes (como previnieron los compañeros) y se reservó su exce- lencia para sí un pedacito y las tres partes las en- tregó á los padres y despues que se volvieron á Ita- lia, una la dieron al serenísimo señor duque de Ba- viera y:la otra colocaron en nuestro convento de Venecia, y la tercera en el convento de madres capuchinas de Brindis. : | 11. Despues que los padres compañeros reco- gieron los papeles y cosas pertenecientes al oficio y carácler de embajador, junto con la cruz, que - traía consigo el varon santo y le habia dado el se- renísimo señor duque de Baviera, para que despues se colocase en el convento de madres capuchinas de Brindis, que Su Alteza habia fundado, fueron á despedirse del rey nuestro señor, para irse á sus (1) Suma fol. 323.