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— 410 — «cometido. Tambien os pido os acordeis de mis hi. «jos, para que no pierdan á Dios. Tened presente «mi casa y descendientes, para que el Señor los «prospere y llene de bendiciones celestiales; y úl «timamente os pido perdon si no os he tratado y «asistido con aquel cuidado y esmero que os es «debido y yo tengo obligacion: y ahora padre mio, «por última despedida... Y no pudiendo contener «las lágrimas, solo dijo: dadme vuestra santa ben= «dicion y Á Dios, padre mio...» Al oir estas pala= bras el varon santo, no pudo menos de enternecer- se; y con un rostro lleno de afabilidad, levantando sus ojos al cielo le dijo: «Yo, señor, me reconozco «muy obligado por tantos favores como he recibi- «do de vuestra cristiana liberalidad, los que tengo «y tendré muy presentes, en particular los que he «recibido en esta mi última enfermedad. El Padre «de las misericordias os pague con larga mano tan- «ta caridad. Yo os doy palabra, que si como espero «logro la dicha de ver á Dios, seré vuestro protector «y medianero para con el Señor y pediré lo que me «habeis encomendado para vos, para vuestros hijos «y descendientes; y esperad en su misericordia, «vereis cumplidos vuestros deseos...» Y aquí, fi- jando con expresion los ojos en las corrientes de los siglos, desde las márgenes del Tajo, donde se hallaba vestido de luz el pensamiento, dijo: «Y no «dudeis que el Señor derramará sobre vuestra fa- «milia liberal sus misericurdias y que vuestra «ilustre casa irá creciendo en poder, hasta ser «de las mas gloriosas de España. Y ahora recibid «la bendicion de Dios Omnipotente, la que de-