BCCPAM000527-5-29000000000000

— 307 — do así dulcemente con sus palabras el parecer de todos. Orador á todas luces grande, á cuya boca - habia pasado todo su aparato, magestad y hermo- sura la elocuencia de Tulio. No hubo dieta en que no se siguiese el bien fundado parecer y dictámen de nuestro insigne héroe; y como estaba revestido, adornado y autorizado con las formalidades arriba dichas, pesaba su voto mucho, para todo aquel se- rio y gravísimo congreso: de suerte, que aun cuan- do se trataban puntos políticos ó militares (al pa- recer extraños de su profesion religiosa), hablaba tan altamente y con tan sólidos fundamentos, que á todos causaba admiracion, confesando que aque- «Ha ciencia no era suya, sino inspirada del cielo. Y no se engañaban en esto, pues el varon santo, co- nociendo la gran necesidad y tribulacion en que se hallaba la Santa Iglesia y que el remedio pen- dia del buen éxito de este congreso, se daba mu- cho á la oracion, pidiendo á Dios le iluminase su entendimiento y dirigiese sus conceptos y pala= bras á honra y gloria suya, exaltacion de la fé ca- tólica y extirpacion de las herejías; y así no co extrañar que sus palabras tuviesen tanta eficaci que á todos obligase, pues á modo de flechas: despedia el pecho de este generoso ES as acérrimo defensor del celo de la honra y gloria de la ley santa de Dios. Ultimamente habiéndose tra- tado todos los puntos que ocurrian con aquella gravedad y peso que se deja considerar de congre- -so tan respetable, se formaron y firmaron los capí- tulos de convencion entre los inleresados y con grandes ventajas á favor de los católicos, cuyo

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz