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— 366 — humilde Lorenzo de Brindis con las dos formalida- des de Legado apostólico y embajador extraordina- rio del rey católico. Empezáronse las dietas de - quien era presidente.el duque de Baviera: al prin= cipio fueron muy reñidas por parte de los protes- tantes, pretendiendo sacar partido á favor de su re- ligion reformada (mejor*diríamos deformada); pero como el duque estuviese firme á favor de la religion católica y con la espada desnuda, para defenderla ácosta de su sangre, iban cediendo los protestante y mas cuando en las dietas hablaba el varon santo; pues aunque los protestantes con la noticia de que habia de asistir á ellas su acérrimo enemigo Fr. Lorenzo de Brindis, habian elegido los mas capa- cessugetlos, para oponerse á su elocuencia, no ha- bia quien pudiese resistir á la sabiduría y espíritu, con que hablaba este esforzado caudillo de la Igle- sia, siendo sus palabras como relámpagos, que cau- saban asombro á los protervos ministros de Lucifer. Fuera largo referir aquí el fondo y razones con que probaba, cuán injusta y sin razon era la guerra, que pretendian los protestantes y el daño que ha- bian causado en Alemania con las turbulentas no- vedades, nacidas de sus caprichos. Les recordaba la obligacion de obedecer á sus señores naturales: les hacia presente la religion y fé de sus padres, de quien se habian apartado en tan breve tiempo, sin haber novedad en ella, aunque la hubieseen alguno de sus profesores. Los puntos-del derecho. hereditario los declaraba con tanta facilidad y dis- tincion, que no dejaba duda. En fin, cuando ha- blaba el varon santo, todos enmudecian, atrayen- e

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