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o y honroso título .de Grande de España. Parecióles excesivo honorá los ministros; pero el rey les dijo: Me parece que en estos religiosos veo resucitado 4 San Prancisco; y así quiero condecorar á su General, como sucesor de tan gran padre. Mandó el rey que entra- se el General, y habiéndole recibido con singulares muestras de piedad y afecto, le mandó luego que se cubriese. ¡ Cosa rara, y uno de los misterios altos de la Providencia divina! Ensalzar la religion hasta lo sumo, cuando se hallaba mas abatida y humi- llada; y esto sin pedirlo ni solicitarlo, ni aun ha- berlo pensado. Adoremos sus misericordias para con los hombres. Este fué el primer General, que - tuvo el honor de cubrirse de Grande de España; cu- yacsingular gracia continúa en sus sucesores hasta el presente. Representó el General al rey los moti- vos de su venida á estos reinos, haciéndole pre- sente como en solos los dominios de Su Majestad en España é Italia habia diez y ocho provincias numerosísimas, y en los dominios de otros monar- cas habia hasta cuarenta, con crecido número de religiosos, y muchos de ellos famosos en santidad y milagros; por lo cual suplicaba á Su Majestad, fuese servido de dar licencia, para que en una cór- te tan principal del mundo como Madrid, se fun- dase un convento, ya preciso por la ocurrencia de negocios, que á dichas provincias se ofre- cerian en adelante. Le hizo ver á Su Majes- tad, como los. capuchinos no eras gravosos, ni nocivos á la Republica, ni al Estado, por la suma pobreza que profesaban en fábricas, hábitos, alhajas de la Iglesia y su preciso sustento; y así, q Pa . 4 A E e -

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