BCCPAM000527-5-29000000000000

<< DO ra, derramando tantas lágrimas, que corrian por el suelo con mucha abundancia; otras lo veian enagenado de sus sentidos, sudando tan copiosa- mente, que compadecidos le limpiaban el rostro, haciendo esto, no solo por alivio suyo, sino tam-= bien por devocion, guardando aquellos lienzos por reliquia. No pocas veces le hallaban extático y ab- sorto en Dios y tan fuera de sí, que aunque le movian y daban voces, no lo oia ni sentia, como si fuera una estátua de mármol. Tambien le vieron arrobado, y levantado del suelo con los brazos abiertos, como hombre que mas comunicaba en el cielo que con la tierra. En fin eran varios los efectos que en nuestro Julio César causaba la me- ditacion segun la variedad de objetos que se pro- ponia; pues además de lo dicho, algunas veces le hallaban*con un color pálido y sin pulsos, co- mo si fuera á morir; otras tan encendido el rostro, como si arrojara llamas; otras veces suspirandoy dando gritos; otras en un profundo silencio, aun- que siempre unido íntimamente con Dios. Una cosa se experimentaba rara y peregrina, que hallándose absorto en la oracion, y no bastando para volver en sí las mayores voces y gritería, á la mas leve in- sinuacion de su tio, luego recobraba los sentidos, volviendo como de un sueño apacible (1). -22. Los empleos del estudio y de la oracion, no solo no se embarazan, sino se ayudan en los que buscan la sabiduría por la real senda del temor santo. Unia con hermoso vínculo nuestro Julio (1 Suma de los procesos de la Beatificacion fol. 97,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz