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- YU 0 que desistiesen de la pretension hasta mejor tiem- po: que tuviesen paciencia y se volviesen á su pro- vincia con la esperanza, de que en adelante se compondrian las cosas y se lograria felizmente, lo que ahora se habia imposibitado. y añadió, que él quedaba por procurador de aquella causa y que con maña lo iria disponiendo, sin perder ocasion alguna. Fué preciso cederá la fuerza y así se retiró - á:ssu provincia Fr. Miguel y su compañero, con el desconsuelo, que se deja conocer aunque no sin esperanza firme, de que por estos ásperos y esca- brosos medios querria Dios acaso, se consiguiese mas gloriosamente el fin deseado. Pareció conve- niente llevar consigo algunos de los papeles, que la calumnia habia esparcido contra los capuchinos y sirvió mucho esta diligencia, porque despues yendo á Roma Fr. Miguel para concurrir al Capítulo ge- neral, que se celebró el año de 1608, en calidad de custodio, los presentó á la santidad de Paulo Y y haciendo relacion de todo á su Er e cu rado de las falsedades y calumnias sediciósas que contenian, ordenó al Nuncio de España, que luego mandase recoger dichos papeles bajo de gravísi- mas censuras, favoreciendo al mismo tiempo nues- tra causa con una Bula honorífica, que empieza: Ecclesia Militantis regimini, en que declara Su San- tidad, que los capuchinos son verdaderos frailes menores, hijos legítimos de San Francisco y que observan puntualísimamente su regla, viviendo ejemplar y santamente, con edificacion de los pueblos. La prohibicion de estos papeles y publi- cacion de esta Bula, fué de gran confusion para

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