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si -Y1. Satisfecho el rey del dictámen del váron santo, á quien ya no miraba como á hombre, sino como á un ángel del Señor y embajador celestial y no dudando ya de la ejecucion, llamó á sus mi- nistros para tratar con sigilo el modo mas conve- niente para tan árdua empresa y que todo se hicie- seá honra y gloria de Dios. Ejecutóse así y el año siguiente, que fué el de 1610, salieron de nuestra España un número casi increible. De Valencia sa- lieron ciento cuarenta mil; de Aragon y Cataluña, -——gehenta mil; de Castilla la Vieja y Nueva, Mancha y Extremadura, setenta mil: de Andalucía y Gra- - nada, setenta y cinco mil. La expulsion, pues, de esta pérfida y mala gente fué una de las mayores hazañas que hicieron feliz el reinado de nuestro católico monarca el Sr. Felipe MI, y que sin duda - se debe en gran parte al influjo, santidady pru- dencia de nuestro beato Lorenzo, pues él fué quien allanó las dificultades, por las cuales estuvo suspen- “satantos años esta resolucion tan árdua de la expul- sion:él fué quien alentó al generoso rey á la ejecu- cion de tan glorioso triunfo, manifestándole le era á Dios agradable obsequio la destruccion del pue- blo bárbaro, y santificacion del pueblo cristiano; y el finalmente fué, el que negoció con Dios para que libertase á España del cautiverio mas terrible que le amenazaba: pues se averiguó que esta gen- | te infiel y traidora, tenia comunicacion oculta con algunos príncipes del Africa, que ayudados del gran Turco, habian pensado entregar á España, y acaso hubiera vuelto á la dominacion antigua de los moros, si no se hubieran expelido tan pronta-