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ca lr hacia fuerte rostro á las mayores dificultades y emprendia con valor increible las mas árduas em- presas. prometiéndose siempre gloriosos triunfos, como experimentó en todo el curso de su admira= ble vida y veremos ahora. -.-J0. Habíase tratado por órden del rey entre los teólogos, canonistas, políticos y estadistas, si con- - vendria ó no expeler de España los moriscos. Fué cuestion tan reñida, que despues de muchos años y repetidas juntas, estaba problemática y sin deci- dirpor ninguna parte. La materia era árdua y gra- vísima y que se habia merecido la atencion de mu- chos soberanos; pues se trataba, ó de despoblar gran parte del reino, si se les desterraba, 6 acaso perder la fé católica los antiguos cristianos con la tolerancia de tan mala raza. El rey como tan ca- tólico y piadoso, no sabia qué camino tomar para el acierto; pero considerando en el beato Lorenzo, sobre un fondo grande de virtud, un lleno admirá- ble de sabiduría y sobre todo una prudencia mas que humana, para el manejo de negocios graves, le mandó llamar y comunicando confidencialmen- te con él esta materia, le dijo: Que estaba resuelto á seguir enteramente su dictámen y así, que lo en- comendase mucho á Dios y que despues le dijese - su parecer. Hizolo el varon santo y como fiel vasa- llo de tan gran rey, é interesado en todas sus feli- cidades, tomó á su cuenta este importante negocio. Subió, pues, este esforzado caudillo al monte santo de la oracion para tratar y comunicar con el gran Dios de Israel este asunto, y despues de muchas oraciones, humillaciones y penitencias, aras ñ >