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có BE pero nosotros que siempre hemos mirado con: ce- ño esta materia, nada queremos con semejantes sabandijas, y así lo omitimos para dar lugará otros asuntos mas sérios. » CAPÍTULO XVIII. Nombra el emperador Rodulfo II por su embajador al beato Lorenzo, para tratar negocios gravisimos con el rey católico Felipe III. Viene á4 España y con suinflujo se funda esta santa provincia de Castilla de Padres Capuchinos. 1. Como el sol, agente universal y padre co- mun de los vivientes, sin limitar la eficacia de su virtud á esta ni á la otra causa particular, coope- ra á un tiempo y con igual perfeccion con todas las que en la produccion de los efectos dependen de sus influjos: así nuestro siervo de Dios, nueva causa universal, y astro luminoso de igual activi- dad y resplandor en el cielo de la Iglesia militante no ceñia el activo calor de su celo al manejo de un empeño solo, sino que igualmente le extendia á todos cuantos fueron, los que acabó con admira- cion del orbe. Puso el Señor en su Iglesia al beato Lorenzo, para mucho bien del pueblo cristiano: le adornó con todo aquel lleno de perfecciones, que son necesarias para componer un varon excelente: dotóle de una fé grande, de una ardentísima cari- dad, de una humildad profunda, de una sabiduría mas que humana. Concedióle el dón de profecía, la potestad de hacer milagros, con otros muchos