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io to Lorenzo (comun y universal en aquella. edad, para toda afliccion y consuelo). Lleváronla aun- que con la mayor violenciay repugnancia á nues- tro convento. Mandó el prelado al beato Lorenzo bajase á bendecir á aquella mujer; y aun no ha- bia llegado á su presencia, cuando rabiosos los ministros infernales gritaban, y daban espanto- sos bramidos. Apenas llegó, cuando enfurecidos se tiraban en tierra, arrastrándose como inferna- les culebras. Mandóles el varon santo, que luego dejasen aquella criatura en nombre de la Santísima Trinidad. Za no te canses en vano (respondieron con mucha frescura) darbon, no te canses, porque dá pe- sar de tu fervor hemos de estar aquí hasta su muerte porque así lo ha determinado el Señor, para bien de su alma. Y así no tecanses, queno lo lograrás. Retiró- se el sieryo de Dios á hacer oracion, y lleno de fer- yor, volvió á la pelea con aquella proterva canalla, y dijo: Segunda y tercera vez os mando en nombre de la Santisima Trinidad, que luego, luego, os ausenteis dejando sin lesion á la criatura. Siguióse á esto un gran ruido, acompañado de un humo espeso como de azufre: cayó desmayada en tierra aquella pobre mujer; y recobrada del golpe se halló buena,y se le fueron quitando todos aquellos malos hábitos y apetitos, á que la inclinaba tan mala compañía. Otras muchas personas se refieren en los proce- sos, particularmente en los de Venecia (1), que fueron libres de los espíritus malignos y pueden verse tambien en los autores citados abajo (2), () Proc. de Venec. Sum. fol. 213 y siguientes. (Y Rossi lib.2, cap. 9. Cocaleo lib.2. cap. 10. y ¿A y” “
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