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— 312 — roso espíritu, con que le habia dotado el cielo, y fué recibido de su excelencia con el aprecio y ve- neracion que se deja discurrir de la devocion gran- de, que su excelencia le tenia. Trataron sobre el asunto, y lo que en tanto tiempo no habian podido componer los sugetos de mayor carácter, lo com- puso y allanó el siervo de Dios en breves dias: de suerte, que no solo se hicieron las paces, sino que fueron con muchas ventajas á favor del duque de Saboya, pues se le volvió á Verceli, y todas las de- más plazas que se le habian tomado; cosa que ad- miró á toda Halia. Preguntaban al marqués: ¿Cómo tan fácilmente habia concedido ahora su excelencia, lo que antes habia negado «ú tantos embajadores y principes? y respondia: Antes me lo pedian los hombres y podia negarlo; pero ahora me lo manda Dios y no puedo resistirle. Tal concepto habia hecho del varon santo, que lo que él le decia, lo tenia por oráculo divino; cesaron con esto las calamidades de Htalia, que por tantos años la habia afligido, siendo nuestro beato Lorenzo (mediante la gracia del señor) el móvil de tantos bienes, acreditándose en esto, que Dios le habia escogido para empresas grandes de su honra y gloria. Ha corrido brevemente la pluma por la série tan dilatada de los funestos su- cesos de las guerras de Italia, refiriendo ó tocando solamente aquellos pasajes que tuvieron alguna conexion con nuestro siervo de Dios el beato Lo- renzo, remitiendo á los que quieran mayores noli- cias, á los muchos historiadores que tratan de esta materia. |

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