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o — 0 «del Piamonte, que S. M. tuvo con el duque de Sa- «boya, á donde le vió en algunas escaramuzas, y «en particular á la salida de Candia, en una em- - «boscada, que el dicho duque de Saboya tuvo á la «gente de S. M., le vió este testigo andar en medio «de la escaramuza, confortando y animando los «soldados, y dando su bendicion á todas partes, «por cuya causa, animó grandemente la gente de «S. M.. por tener, como le tenian, por santo, y así «era tenido en todo aquel país y en Italia, Alema- «nia y en otras partes: el cual sabe era religioso de «la Orden de los capuchinos y General de ella; y «sabe tambien, que estando en la ciudad de Lis- «boa con su excelencia el Sr. D. Pedro de Toledo «Osorio, marqués de Villafranca, estaba asimismo «en su compañía y casa el dicho padre General «Fr. Lorenzo de Brindis, por tenerle siempre su «excelencia en su compañía en las guerras y otras «partes, respetándole como á santo varon. | 15. «Murió de enfermedad, que le dió despues «de haber estado algunos dias en la cama. Y es- «tando este testigo á la hora de su muerte, en la «casa de dicho marqués en la ciudad de Lisboa, «vió que luego como el dicho santo fraile acabó de «morir, los frailes del padre San Francisco quisie- «ron llevar el dicho cuerpo á su convento; y el se- «ñor marqués, por conocer su santidad y que no «se lo quitasen, le envió á Villafranca con la «decencia y veneración que pudo, en una caja «de plomo y litera; y sabe el testigo, que le traje- «ronal convento de nuestra Señora de la Anun- «ciada de esta villa, adonde al presente está por