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A tentado con armar aquella emboscada, y cojer al masqués desprevenido, con que se verificó cuanto dijo el siervo de Dios. 14. Como ya estaban á la vista los dos ejérci- tos, no se pudo excusar la accion, aunque no fué general; pues solo se empeñaron algunos batallo- nes avanzados, porque viéndose descubierto el du- que y sin tiempo para formar la gente, se retiró con precipitada fuga y desórden. Murieron de los nuestros viente y cinco hombres, y heridos otros tantos, y entre ellos el príncipe de Ásculi, y un maestre de campo: de los contrarios murieron quinientos sesenta, con muchos caballos y gran número de heridos, y entre ellos personas de ca- lidad, y dos coroneles. De esta funcion y salida de Candia en particular, y de olras en comun, depusieron en las informaciones, que por autori- dad ordinaria se hicieron el año de 1630 en Villa- franca del Vierzo, varios sugetos que habian co- nocido y tratado al siervo de Dios, y se habian hallado con él en estas guerras; y todos aseguran que por las oraciones del varon santo salieron bien y consiguieron victoria. Y porque son de notar mu- chas cosas, que conlienen estas disposiciones y se vea el concepto grande que tuvo nuestro Lo- renzo en el ejército, pondremos á la letra la depo- sicion de D. Francisco Osorio Pimentel, tercer testigo, que se halla al fólio ocho de dichas infor- maciones y dice ¡habiendo precedido juramento y demás formalidades): «Que conoció al siervo de «Dios de vista, habla, trato y comunicacion que «con él ha tenido estando en Italia en las guerras

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