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A 12, Para contener el orgullo del saboyano, sa- lió al encuentro el marqués de la Hinojosa con otros príncipes de Italia, llevando tropas españolas, mi- laneses, napolitanos y mantuanos y despues de va- rios reencuentros, sitios, asaltos y batallas, con pérdidas considerables de una y otra parte, se hicieron paces ú treguas en varias ocasiones y en todas faltó el duque de Saboya por su mucho or- gullo y ambicion, y aquí viene bien descifrar el carácter de este potentado que tanto ruido metio en el mundo. Llamábase Cárlos Manuel, hijo de Manuel Filiberto, duque de Saboya. XKra principe (son palabras de Espondano (1) de un dnimo verda- deramente grande; pero sobre toda ponderación am- bicioso, d. cuyo deseo, si le hubieran acompañado los medios y fuerzas iguales, apenas le hubiera basta- do el imperio todo de la Europa. No le dejaba su ánimo inquieto y bullicioso y aunque habian to- mado la mano, para restituir la paz de Italia el em- perador, el Pontífice, los reyes de España y Fran- cia, con otros príncipes, nunca se pudo conseguir con solidez, pues al mejor tiempo faltaba con frí- volos pretestos, de que las otras partes no guarda- ban la fé prometida. Así se pasó desde el año de 1613 hasta el de 1616, en que envió nuestro caló- lico monarca Felipe HI por gobernador de Mi- - $ (DY Ingentis plane animi princeps, sed supra vires ambitio- si, ujus animo, sí vives paresfuissent, vix suffecisset ei Impe- rium Europe, Henr. Spond. Aunal, Amonitio ad ann., 1601, t. 3, Sol. m. 578,

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