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US conseguida por los méritos del varon santo. Aca- bada la guerra, relirábanse á sus lugares en la Mo- ravia ciertos soldados: iban por el camino refirien- do los lances de la guerra (como es regular entre soldados); y admirados de los prodigios que habian visto, que siendo tan pocos habian derrotado á un ejército tan poderoso de turcos: que la artillería del enemigo, ni'sus balas, les hacian daño alguno: que andando en medio del fuego aquel capuchino, habia salido sin la menor lesion ni herida. Recor- rian todos los lances sucedidos á cada uno, y con este molivo todos á una voz atribuian la victoria á los méritos del varon santo y al poder de la cruz que llevaba en su mano; pero uno de ellos (hereje protestante) incrédulo, ó6 por mejor decir blasfe- mo, se atrevió á decir: E! diablo me lleve, si por ese fraile, ni por la cruz, hemos salido bien de los tur- cos (1) ¡Cosa espantosa! Al punto que acabó de decir esto, desapareció aquel hombre, sin ser ja- más visto, dejando un humo intolerable, y en los compañeros mucho escarmiento y doctrina. 'To- móse por testimonio este caso espantoso y despues se publicó en Praga, para confusion de los herejes y aliento de los católicos. ] 11. Mas noticias nos han dejado del celo del siervo de Dios. asistiendo al lado de él el excelen- tisimo Sr. D. Pedro de Toledo, gobernador de Mi- lan, en las guerras, que tuvo por el rey católico Felipe MI, con el duque de Saboya; y para mas in- teligencia de la historia, haremos una breve rela- cion de su orígen y progresos. Estas guerras, que (0 Suma fo!. 98,

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