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1 siervo Lorenzó, porque él habia ido delante del ejército: habia abierto camino por medio de logs otomanos, no con lanzas ni espadas, sino con la cruz; habia animado el desaliento de los soldados á vencer, ó morir por Jesucristo: habia con la efi- cacia de su oracion inutilizado la artillería y ar- mas del enemigo: habia en fin derrotado al turco; y confesando todo esto el Archiduque delante de los cabos del ejército, estando presente el siervo de Dios, todos á una voz dijeron, que Fr. Lorenzo era el victorioso, el triunfador de los enemigos, á quien (despues de Dios se le debia la gloria, y á quien se le debian las gracias. Al oir esto el hu- milde capuchino, lleno de rubor dijo levantando el estandarte de la cruz: «Este es, oh victoriosos «capitanes, este es el general de todos los ejérci- «tos cristianos: con este han vencido tantas veces «los príncipes católicos: á este únicamente debe- «mos dar las gracias por tan insigne victoria. no «á mí, que soy la mas vil y despreciable criatura. «Al Señor, que murió por nosotros en esta cruz, «debemos vivir siempre agradecidos. Con este sa- «grado leño se rinden, se ahuyentan y se aniqui- «lan las fuerzas del mas poderoso enemigo. ¿Que «victoria no conseguirá por su cruz, quien destru- «yó con ella la muerte, el infierno y todas las dia- ««bólicas potestadas ? Es la cruz (dice Casiodoro (1) «constante defensa de los humildes, ruina de los so- «berbios, victoria de Cristo, perdicion del demonio, «ojeriza de los abismos, firmeza de los cielos, muerte » 4 Casiodor. in Psalm. 4.