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e exhortado, á que peleasen con valor, confiando en el Dios de las batallas, que les daria victoria, les echó la bendicion en nombre de Su Santidad y les aplicó las indulgencias concedidas para aquel ca- so. Empezaron á marchar llenos de valor, vencien- do algunas dificultades en el camino, Salióles al encuentro el soberbio Mahometo con un gran tren de artillería y lo mas escogido de su ejército. Tra-= bóse la batalla con bárbara fiereza y aunque el fue- go de los turcos era vivísimo, se observó que era poco el daño que hacia en los nuestros y al con- trario, se veian caer muchos de los turcós con co- nocida ruina de su ejército. Reforzábase este con tropas de refresco y nuestro Brindis, lleno de ce- lo de la santa fé, andaba en medio de los peligros animando á los soldados y exhortando á los heri- dos. Al paso que iba creciendo la animosidad en el corazon del siervo de Dios, crecian en Mahome- to las iras, con que anhelaba saciar la sed rabiosa de su coraje en la sangre de los cristianos. 6. Llovian balas y bombas sobre loscristianos y con el fuego de la fé rebatian el fuego del ene- migo. Hizo una falsa retirada el turco y siguiendo el alcance nuestra gente, se descubrió una colina, coronada toda de artillería gruesa de varios cali- bres, cuyo incesante fuego hacia tanto estrago en el ejército cristiano, que ya se veia este casi obli- gado á intentar la fuga, pues aun faltaba valor y tropa para la debida resistencia. Hallábase el ar- chiduquey los demás oficiales y cabos en suma angustia y tribulacion, é indecisos sobre cuál se- ria mas conveniente acuerdo. En este conflicto

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