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« UR soldados y jefes, no solo con el valor en las manos, sino tambien con la alegría en el rostro. Reinaba en todo el ejército la paz, la union y la concordia, que son las bases de toda felicidad, asegurando el siervo de Dios, que perseverando la tropa en tam buen gobierno, saldria victoriosa de sus enemigos, aunque tan poderosos y superiores. -5. A los generales les encargaba el buen trato de la tropa, el amor y cariño con que debe ser tra- tado el soldado, la vigilancia en evitar robos, in- justicias y desórdenes y sobre todo les hacia pre- sente la obligacion precisa, que tenian como jefes y superiores de dar buen ejemplo á la tropa. To- - dos sabian la santidad del beato Lorenzo; pero mas que todos el archiduque Matías, que consultaba con el siervo de Dios los negocios mas gravesy aunque muchos de los oficiales generales eran de parecer se abandonase la empresa, que tenian por temeraria, al ver tanta superioridad en el campo enemigo, nunca quiso el archiduque rendirse á sus razones, dando mas crédito á las promesas del beato Lorenzo, que á cuanto en contrario le propo- nian. Ultimamente, estando ya todo prevenido pa- ra acometer á los turcos, refugiados y defendidos en la fortaleza de Alva Real, 6 Alva Greca, conoci- da en estos tiempos con el famoso nombre de Bel- grado, hizo junta de generales el archiduque Ma- tías, á la cual mandó llamar al siervo de Dios para asistir á ella, teniendo por oráculo sus dictámenes y convenidos en todas las operaciones, que se ha= bian de observar en el ejército, dieron órden para que sejuntasen todos los regimientos y habiéndoles