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NE lo dicho abandonó estas empresas tan propias de su instituto; y mudando de medio, buscó la honra - y gloria de Dios obedeciendo al César. Caminó á varias córtes de Alemania, y como era en todas conocida su virtud y prudencia, concluyó breve y fácilmente una poderosa Liga entre aquellos principes y el emperador, juntando numerosas tropas, para oponerse al comun enemigo de la cris- tiandad. Cuántos trabajos padeció el siervo de Dios en estos caminos y cuánta seria su solicitud, para unir las voluntades de los príncipes en defen- sa de la religion, lo dejamos á la reflexion séria de los prudentes. Habia de mandar este ejército como capitan general el archiduque de Austria, Matías, que despues fué emperador, siendo su maestre de campo el Sr. de Rosburg, y disponiendo, como buenos calólicos, no solo lo que convenia á las armas, sino mucho mas á las almas, acordaron con consejo del emperador, que fuesen capuchinos en- el ejército, para administrar los Sacramentos y predicar á los soldados y que fuese con ellos por su prelado el siervo de Dios, esperando que con tan buena compañía sucederian prósperamente todas las cosas. Diéronle parte al varon santo, y como estaba inflamado en el ardiente celo de la gloria de Dios, y deseaba con ansia derramar su sangre por Jesucristo, admitió gustoso el cargo, teniendo la licencia de su Santidad. Dijéronselo al Cardenal Spineli, Nuncio apostólico en Praga, para que sin perder tiempo escribiese á Su Santidad. 3. Enterado de todo la santidad de Paulo Y expidió un Breye Apostólico dirigido al siervo de