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cio la esperanza de todos, pues la madre pensaban se moria y el hijo sanaria. 13. Mas profesías pudiéramos referir, pues sien= do así que este dón iluminado, en que Dios se acredita con el hombre de fiel amigo, pues le co- munica tantos secretos, reservados solo á su infi- nito entendimiento, es á modo de relámpago, que pasa arrebatadamente fogoso, pareció permanente en el varon santo. El Ilmo. Sr. Obispo de Venti- miglia afirmó con juramento, que el siervo de Dios Lorenzo de Brindis tuvo en el grado mas per- fecto el dón de profecía; y que tenia repetidas ex- periencias de esta verdad, ya en sí, ya en otros, verificándose en todas sus partes cuanto habia dicho. 14. Aldón de profecía pertenece penetrar los corazones é interiores de los hombres. Esta tam- bien es abundante materia, si se hubiera de tra- tar por extenso; pero solo apuntaremos algunos casos brevemente. Ya digimos (1), como ayudando á Misa al siervo de Dios el conde Vizconti, cono- ció su interior y la tentacion de que estaba agita- do, de dejar al varon santo en el altar, y ausen- tarse. 15. Hallábase en mal estado, y enredada su conciencia un caballero milanés, tenido de todos por bueno y ejemplar; y caminando un dia en compañía de un amigo suyo, encontraron al beato Lorenzo: pusiéronse de rodillas para recibir la bendicion, como hacian todos, y fijando la vista (1) Cap. 7. n.5.