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+ ió esta Señora en Praga estando diciendo Misa y le concedió entre otros dones, el singularísimo de la castidad. Esto tambien dió á entender una de aque- $ llas tres hermosas coronas, con que se vió adorna- da su cabeza, estando diciendo Misa en Munich de Baviera, como hemos dicho en el mismo lugar y su candidez y blancura lo demuestran con bas- lante luz y claridad. Otros stimonios tenemosen los procesos de su Beatificacion (1), que son las deposiciones contestes de sus compañeros y con= fesores. Sea el primero el Padre Fr. Ambrosio de Florencia, confesor del santo y uno de sus secreta- rios, siendo General.» El celo y amor (dice) que el «referido Padre Fr. Lorenzo de Brindis tuvo á la «castidad, estaba tan radicado en su puro corazon, «que en todo el tiempo de trato y conocimiento que «con él tuve, no pude persuadirme á otra cosa, si- «noá que la Reina de los Angeles María Santísima, «de quien era afectuosísimo devoto, le habia in- «fundido tal pureza, que ningun entendimiento «humano podia examinar sus grados.» Sea el se- gundo testimonio de la castidad de nuestro Brin- dis, la deposicion del Padre Fr. Juan de Fosambru- no, secretario tambien y su confesor, el tiempo que E dle A gobernó la provincia de Venecia.» La pureza (di- ¿ «ce) de la mente del siervo de Dios F. Lorenzo de «Brindis, que conservó siempre tenaz, era singu- «lar y angélica, por la íntima union de su mente «con el divino amor, habiendo observado muchas «veces, que si hablaba con mujeres, obligado de la 1) Suma fo). 291. y sig.