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| | | o cd les disciplinas: usaba de varios géneros de cilicios; pero el mas comun era de cerdas, que aunque no tan pesado como el de hierro, era mas punzante y terrible. Además de las disciplinas comunes de la Orden, hacia otras muchas particulares. Siempre que podia y tenia proporcion antes de predicar, tomaba una áspera disciplina, pidiendo al Señor enderezase sus palabras á honra y gloria suya y salvacion de las almas. Los maitines siempre los rezaba á media noche, aunque fuese caminando y fuera de casa; y acabados, tomaba una disciplina (1). Visitando como General de toda la Orden las provincias dilatadas casi por todo el mundo, nun- ca usó de caballería, á no adolecer de la gota, no obstante que podia hacerlo por declaracion ponti- ficia. Anduvo siempre á pié descalzo y sin-sanda= lias. Lo mismo hacia en tan frecuentes Legacíasy embajadas, como los Pontífices y reyes encomen- daban á su celosa y discreta caridad; y como nun- ca llevaba prevencion alguna, para reparar de al- gun modo las inexcusables penurias de un camino, es imponderable los trabajos, fatigas y necesidades que padeció con sus compañeros, experimentando no pocas veces extremos de necesidad entre peli- gros de muerte; porque entrar en un pueblo de he- rejes, era conjurar todos sus rebeldes habitadores contra la evangélica profesion, que contemplaban en el hábito capuchino: pedirles limosna, era comprar con tan humilde súplica la indignacion proterva de sus ánimos: solicitar posada, era apre- (1) Suma pág. 283. ¿de PS

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