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dc to, se impuso un estrecho ayuno, y aun mas que á pany agua; pues desatendiendo á la necesidad, observó desde entonces por toda su vida (á no im= pedirselo la obediencia) el severo estilo de no co- mer otralcosa que yerbas, frutas, ensaladas y le- gumbres, y rarísima vez (á no estar enfermo) cosa caliente. Y aun de las legumbres y frutas usaba con tan gran moderacion y templanza, que se des- cubria bien la cautela, con que el santo jóven cer- raba en la abstinencia el paso á la invasion de los enemigos. Pero no se imponia con imprudencia mas carga, que la que podia bastar la ya experi- mentada fuerza de sus hombros. No ayunaba de tal suerte un dia, que fuese necesario al siguiente ocurrirá la flaqueza con manjares regalados, de los que de ordinario usaba, como sucede á mu- chos con riesgo grande, de que se arrebate el mé- rito del ayuno la vanidad, originada de agenos ojos; antes siempre asistia á la mesa comun en las ho- ras determinadas, y contento en ella con sus ya familiares yerbas y frutas, vencia con cauto disi- mulo la gula, la lascivia y la presuncion. Con ra- zon se antepone este género de abstinencia, á la que algunos suelen practicar con mas ruidoso que + prudente estilo, segun dice San Gerónimo por es- tas palabras (1): £7 escaso mantenimiento y el ham- bre nunca apagada, se debe preferir el ayuno conti- nuado en tres dias; y es mucho mejor comer cada día poco, que comer rara vez y comer mucho. 5. Sus disciplinas comunes, sobre espantosas, 1) S, Hieron. Epíist. ad Fur,

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