BCCPAM000527-5-29000000000000

o la Iglesia, á los Príncipes, al rey católico y á su gran devoto D. Pedro de Toledo, Marqués de Vi- llafranca, concluia la carta, diciendo: Nos cum prole pia benedicat virgo María, como se ve en la carta original, que por reliquia guarda la casa de Villafranca y nosotros copiaremos despues (1). A los que se hallaban atribulados de alguna tenta- cion de la carne, les decia: Per purissimam virgi- nitatem Marie, liberet te Deus a spiritu fornicatio- nis: amen. Tenia tal confianza en el patrocinio de esta divina Señora, que con su devocion nada ha- llaba imposible. Visitando en Vicenza á una perso- na devota, le suplicaron diese la bendicion á una enferma, que habia de mucho peligro, llamada Magdalena: fué á su cuarto y dándola su bendicion la dijo: Magdalena, ¿prometes ser muy devota de la Virgen? Sí, padre, sí, padre, respondió la enferma. Ea pues, dijo el varon santo, traigan sus vestidos y que se levante sana y buena en nombre de Maria San- — tisima. Así se cumplió, con asombro de todos (2). 6. Ya queda dicho (3), como al entrar en la re- ligion, tomó por patrona á esta gran reina, salu- dándola con el JMonstra te esse Matrem del Ave Maris stella, Dei Mater alma; y por toda esta histo- ria consta de repetidos testimonios, que esta Se- ñora admitió gustosa la oferta y se mostró su bez néfica protectora y madre. En el año del noviciado estuvo para que le quitasen el hábito, por un do- (1 Cap. 16. núm. 20, 2) Proc. de Vicenza fol. 199. (3) Cap.?. n.6.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz