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er E en las provincias de.Boewmia y el Tirol, sucedió (1) que diciendo Misa en Baviera, despues de la ele- vacion de la Hostia, habiéndose llenado el Orato- rio de una hermosísima luz, se apareció sobre el altar un niño muy agraciado y bello, el cual es- tando en pié y con una cara festivamente risueña, le acariciaba al varon santo, haciéndole mil hala- gos. Duró este favor mucho tiempo y entre otros gozó de él Fr. Adan de Rovigio, religioso capuchi- no de una virtud sublime. Es de creer que recibió el siervo de Dios muchos mas favores y gracias en el Santo Sacrificio de la Misa, pero como no hubo testigos, por celebrar siempre, ó casi siempre en sitios retirados y ocultos, no nos han quedado otras noticias. Desde la edad mas tierna de niño mostró su gran devocion y afecto al Santo Sacrifi- cio de la Misa, ayudando á los sacerdotes con tan afectuosas demostraciones, qne admiraba y com- pungia á cuantos le veian. Las Misas mas largas eran para su devocion las mas cortas, por el gran consuelo que hallaba su espíritu fervoroso. Estos fueron los primeros ensayos de este gran 'sacerdo- te del Altísimo, como se ha dicho en otro lugar (2) y así no es de admirar, llegase despues á tanta al- tura, pues mereció en este admirable Sacrificio ver rasgado muchas veces el cielo, robar sus secre- tos al tiempo futuro y gozar de prodigiosas revela- ciones y favores divinos. Ultimamente se alimen- taba de las delicias de esta pesto como aquella ave de la luz mas pura. il. Proc, de Bav. fo!. 80. (2) Cap. 1. n.6.