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A. 14 . mi ' ' Ñ o > clio in «que viva para Dios el hombre: esta luz hace mon- «gesy religiosos: sin ella son infiernos los monas- «terios, demonios los que los habitan; y al contra- «rio, por ella es cualquiera comunidad un paraíso «ocupado de ángeles.» El peso de estas voces, con el que añadian las del santo general, no hallaba resistencia en alguno de sus oyentes. 8. La presencia de Dios tan encomendada de los padres espirituales, y ejercitada de los que quieren adelantar en la virtud, era tan frecuente en el siervo de Dios, que abstraido muchas veces de las mas sérias é importantes conversaciones y negocios graves, era arrebatado con tan fuerte im- pulso hácia Dios, que levantados los ojos al cielo y cortada la conversacion en repentino exceso, quedaba enteramente negado al uso de los senti- dos y absorto todo en Dios. Fueron estos raptos tan frecuentes, en especial hallándose el varon santo en Génova, que los principales personajes y magistrados que le buscaban para comunicar los negocios mas graves del gobierno, y cosas perte- necientes á sus almas, luego conocian estos raptos, y llenos de devociony ternura, decian: ¡Ay! ¡ay! que senos va Fr. Lorenzo: que se nos huye el siervo de Dios. ¡Ay que se escapa al cielo! Trataba muchas veces grandes negocios políticos, y aun militares en los gabinetes, en los palacios y asambleas; pero andaban al mismo tiempo dentro del alma solí- citos sus pensamientos, y los contramandaba á tratar otros cuidados de esfera mas > y sublime; y aunque muy callados y mal entendidos de los presentes, no podian ocultarse muchas veces, sa- pon ds (De 3 e E a de e IN TE AS AA