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$ — 6 — llegó á deber el menor reparo: ¿pues cómo le ha- bia de arrebatar la estimacion? Acordábase bien de lo que dijo el apóstol San Pedro (1): si alguuo habla, sean sus palabras como de Dios: y así era su conversacion tan suave, que cuando hablaba del amor divino, era tan eficaz, que bastaba á encen- der en el fuego mismo en que ardia los mas hela- dos corazones. No hablaba de remotas noticias, sino de íntimas experiencias, con que desempeñó la idea que de un varon espiritual formó Ricardo Victorino (2) «¡Oh con cuánta satisfaccion (dice) «oyera yoá aquel que hubiese antes teñido la plu- «ma en la sangre del corazon; porque entonces es «verdadera la doctrina, cuando dicta la conciencia «loque pronuncia la lengua!» Siendo, pues, así, que la delB. Lorenzo estaba teñida en la sangre de su amorosísimo corazon, y abrasada en las llamas de la caridad, en que ardia su pecho, no es de ex- trañar encendiese á los demás. 41 calor del sol no puede esconderse ninguna material criatura, segun dijo David (3) Ni al del amor de Dios, sol mas no- ble y mas eficaz, que tenia por trono el corazon del varon santo, quedó abrasada, no una sola pro- vincia, sino casi todo el orbe. Italia, Alemania, Austria, Bohemia, Sajonia,Ungría, Francia, Espa- ña; y esto no solo los católicos, sino los herejesy tambien los judíos, como en varios: lugares ben ya estado: | ¿os (dadas A á E A . PAI $ (1) L Petr, cap. 4.11. (2) Ricard. tract. de Charit. cap. 1. (3) psalm. 18, 7.
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