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2 E fio ed de una y otra teología; y de esta suer- - 2 A emdulziba con utilidad las fatigas del camino. 5 url Svñsi vivia, cuando mas distraido en los ca- 2, 1, Saiós, ¿qué seria en el retiro de su celda? Depone VASO . 4 e) 4% LON m3 3 o >. e NS y o 200 — NS e _esr0s procesos (1) el P. Fr. Ambrosio de Florencia, compañero suyo, su confesor y secretario por mu- chos años, que no pocas veces, buscándole en la celda, le hallaba tan absorto y fuera de sí, que instándole para que firmase algun papel, ú despa- chase algun negocio grave, solia responder, como embelesado en Dios: luego, luego: esperad un poco. El mismo padre dice estas formales palabras: «En «los conventos donde hacia mansion el Y. Fr. Lo- «renzo de Brindis, solia yo llegar á su celda á la e «consulta y despacho de las cosas que se ofrecian, | «6 confesarle; pero oyendo voces recíprocas, como «de diversas personas, solia detenerme con aten- «cion: y continuando de una y otra parte las razo- «nes, oia llorosas y tiernas respuestas de Fr. Lo- «renzo; y otras veces, formando una voz óú eco «lamentable y triste, no podia responder. Dete- «niéndome mas y mas, hasta ver en qué paraba, y «no percibiendo mas ruido, entraba con la con- «fianza de confesor, y hallando solo al venerable «padre, le decia: Fo crei, que habia alguna otra per- «sona en la celda; pero seria engaño mio: á lo cual «respondia el siervo de Dios con una cara de risa: «¡Ah santa curiosidad! ¡Ah santa curiosidad! Otras «veces (prosigue el mismo) le encontraba de rodi- «llas, bañado todo en lágrimas, haciendo oracion "e, ¡O Suma pág. 292 y sig.

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