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— 173 — habia traido á muchos oyentes, se hallaban obli- gados, 6 á detestar sus errores antiguos, ó á com- poner su desconcertada vida. Y como siempre, y facilmente se dejaba comunicar de todo género de personas, las que en sus sermones asistidas de la divina gracia, habian ya concebido el espiritu de la verdad católica, quedaban confirmadas en él, mediante las particulares conferencias con el va- ron santo; y libres de la opresion ciega, en que la astucia las tenia, se alistaban constantes debajo de la bandera de la fé católica. Cuanto fuese el fruto de esta larga y trabajosa mision, se puede inferir de lo que depuso en Jos procesos el mismo conde Vizconti, como testigo de vista. Dice, pues, así: «Resultó un grandísimo fruto de esta mision. «porque el padre Brindis predicó con tanto fervor «y eficacia, trató y conversó de tal manera con los «católicos por donde pasábamos, que quedaban no «solo confirmados en la fé, sino que dejando los «pecados, hacian públicas penitencias. Los mis=- «mos herejes se compungian; y fueron muchíisi- «mos, los que abjurando la herejía, abrazaron la i «religion católica con grande consuelo, devociony «lágrimas. De todo soy testigo ocular, porque siem= «pre me hallé presente á sus sermones y pláticas; «y ví y observé lo que he dicho (1).» Hasta aquí el conde. 9. Kn cualquiera lugar, ciudad ó villa que en- traban, aunque fuese de aquellas que viven en li- hertad de conciencia, procuraba el beato Lorenzo L Sum. pag. 50.

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