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— 162— hizo para que se castigase aquel mal ejemplo, que pudiera traer muy funestas consecuencias á la re- ligion católica, que consiguió un decreto del em- perador el año de 1607, dirigido al Duque de Bavie- ra Maximiliano, para que en nombre de su Majes- tad Imperial castigase á los herejes de Donavert, y que en caso de pertinacia, los tratase como á rebeldes al Imperio. Tomó las armas el piadosísi- mo príncipe, y quiso por su mano sin tfiarlo á otro, vengar la injuria hecha á la religion católica. Marchó en alas de su fervoroso celo á Donavert, y castigando severamente á los herejes, arrojó de la ciudad á todos los predicantes ,' prohibiendo bajo de graves penas el ejercicio público de la re- ligion Luterana quedando solo el Rito católico. Fué este un golpe de los mas terribles para los he- rejes, y como sabian que les venia del celo del varon santo, concibieron contra él un ódio impla- cable, y se mereció en este y otros lances el títu- lo honroso de Martillo de los Herejes. Este fué el fruto de la paciencia del siervo de Dios; pasemos ya á registrar otras virtudes. CAPITULO VII. Firmisima fé del beato Lorenzo, y ardiente celo en dilatarla. 1. El cúmulo de las virtudes, es el apoyo fir- misimo de la cristiana y mística perfeccion, en cuyo ejercicio y práctica consiste la solidez del espíritu, que solo en esta tarea tiene su descanso,