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— 168 = de noche y de dia las disciplinas, oracion y ayu- nos, que prescribe la Regla y constituciones, aña- dió mas oracion, mas disciplinas, mas ayunos, ro- gativas especiales, cilicios y mortificaciones y par- ticularmente en el santo é incruento sacrificio de la Misa, mandaba á sus religiosos hiciesen oracion especial por la salud del emperador y felicidad de . su imperio: pedian tambien por la conversion de los herejes y salvacion de sus almas, deseando me- terlas en el costado de Jesucristo, que era la frase de que usaba el siervo de Dios, cuando queria mostrar su amor á los enemigos. Vamos (decia), vamos al costado de Jesucristo y alli hallaremos des- canso. De suerte, que el varon santo, no solo no mostraba tristeza alguna entre tantas tribula= ciones, sino que con el apóstol San Pablo (1) se hallaba su espíritu lleno de consolacion y gozo. No se le oia queja alguna, ni señal de sentimiento en medio de tantos trabajos. Crecian las furiosas olas de «la tempestad en tanto grado, que parecia iban á sumergir á la débil navecilla de los capu- chinos: veia á sus hijos cercados por todas partes de enemigos: se consideraba el siervo de Dios en desgracia del emperador, tanto mas sensible cuan- to mayor habia sido su privanza: los émulos, que le acechaban, eran poderosísimos; pero superiorá todo su invicta paciencia, nada la perturbaba, ni afligia. Consolaba á sus hijos, asegurándoles de la. victoria, para que no desfalleciesen; pero que S di > (1) Repletus sum consolatione, superabundo gaudio inomni p tribulatione nostra. 2, Cor.7. 4, e y | e