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mios LN en la imaginacion teñida de una sospecha aun- que leve, ningun desengaño la saca, y la misma ansia de borrarla, suele imprimirla masen la fan- tasía. Por eso en recibiendo algun secreto aviso contra un súbdito, porfiaba con su mismo enten- dimiento hasta ponerle de parte de la inocencia contra la malicia, diciendo que estaba en pose- sion de su fama y que no debia de ser bastante el influjo incierto 4 engañoso de una pluma (6 quizá de un émulo), para despojarle de ella. Avi- saba luego al reo y si él respondia desvaneciendo la acusación, no pasaba adelante y reprendia de la falta de caridad al delator; pero si aun quedaba en duda, averiguaba la verdad por los conductos mas fieles y mas reservados para pasar al remedio ó al castigo gobernándose en todo por la caridad. Cuando era preciso reprender los descuidos ó ex- cesos de algun superior, lo ejecutaba en secreto, porque no se desautorizase en la pública humilla- cion el oficio, y porque no viesen los súbditos á su mismo juez hecho reo; antes en lo exterior le man- tenia, satisfaciendo á las acusaciones del celo, de la razon ó de la queja, para guardar limpio el de- coro á la justicia, que sin él trae con desaire ver- gonzoso la vara del público gobierno. -10. Como tan amante de la observancia regu- lar, profesaba especial afecto á los religiosos, que los veia solícitos y atentos en el cumplimiento de su alta y excelentísima profesion, porque es cosa muy natural amar cada uno á su semejante; y así muy sin razon extrañaban algunos la familiaridad conque el siervo de Dios comunicaba á los mas apro-