BCCPAM000526-5-18000000000000

a ae wee ee, OS, Meee de Sigmaringa 71 después de predecir la pércida y reconquista de este valle, dijo al P. Juan con aire risuefio: «No saldré vivo de esta comarca.» A su entrada en el Pritigau encontréa los pueblos en una efervesce: cia de mal agiiero. Los semblantes sombrios, los ojos torvos; to- no hacia prever la explosién de una tormenta formidable contra los misioneros Capuchinos. Ganados a la revolucién, sus habitantes afec- taban aun una sumisién hipécrita ala milicia austriaca mientras que preparaban en secreto las armas necesarias para la guerra. Todo lo tenia previsto y anunciado el P. Fidel. «Lle- garda un momento en que las gentes del Priti- gau caerdn sobre nosotros con garrotes, nos apaleardn y henderdn con sus espadas nues- tras cabezas.» Los soldados austriacos no die- ron importancia a estas palabras del misione- ro. «jAndad con tiento! decia a aquellas victi- mas del error. Si echais al archiduque por una frontera, volvera a entrar por otra, llevandolo todo a sangre y fuego. La revolucién arrojé de repente la masca- ra y yanose recataban de lanzar insultos puiblicamente al clero y a los soldados austria- cos. El Prefecto Apostolico asistié con el ca-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz