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de Sigmaringa 59 peraba a Rodolfo la gracia. El dia de la Puri- cacion de la Santisima Virgen una concurren- cia inmensa, en su mayoria protestantes, pre- senciaba Ja abjuracién del conde. Con este motivo pronuncié el P. Fidel un discurso que tuvieron todos por inspirado. «Vosotros que estais aqui presentes, dijo en la peroracidn, - por qué tardais en imitarle? Si hay alguno en- tre vosotros que quiere seguir el ejemplo del sefior de Salis, que dé un paso adelante.» La gracia se derram6 sobre aquella muchedum- bre y casi todos avanzaron hacia adelante gri- tando que estaban ya convertidos. Habia en- tre estos nedfitos dos alcaldes, un gobernador, un funcionario ptiblico con su esposa y el sa- cristan de un predicante, Atendia también con sumo carifio asus queridos soldados. Tanto en Feldkich como entre los grisones convirtiéd a muchos soldados herejes. Joaquin de Colnna, barén de Fels, comandante de las tropas del Pratigau, escri- be: «El P. Fidel era todo caridad para protes- tantes y catdlicos. A éstos recomendaba que no molestaran a ningun protestante, antes usa- ran con ellos de misericordia.» Hariamos traicién a la verdad, si dejara-

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