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de Sigmaringa 49 rrores se cometieron en la Engadina y Val- telira. En esta tiltima regién, cansados los ha- bitantes de sufrir tantos atropellos por parte de los secuaces de la Reforma, armdronse con- tra ellos y en un solo dia mataron de tres a cuatro cientos, sin contar las mujeres y nifios. «Fué esto, dice el protestante Juvalta, conse- cuencia natural de las violencias ejercidas por los tribunales de Thusis y Dabos, que habian provocado la indignacién de las gentes.» El 25 de Febrero de 1621 una horda man- dada por dos dogmatizantes asesiné en su pro- pio castillo a Pompeyo Planta, gobernador austriaco, y los jefes de la revuelta urdian nuevos complots. Austria salié por fin de su apatia. El archiduque ordend a sus tropas de Feldkirch y Montafén ocupasen los pasos del Pratigau. Austriacos y espafioles batieron a los rebeldes, cuyos jefes fueron severamente castigados y el tratado de Milan vino a repa- rar los desastres de la guerra religiosa.