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de Sigmaringa 57 ban con simpatia Ja muerte, una vez prepara- dos por el Fidel; y los condenados a muer- te querian a todo trance que el Padre les acompaiiara hasta el lugar del suplicio, pues esto les hacia mas soportabie la muerte. La peste htingara hizo su aparicién en el ejército y caus6 numerosas victimas. El P. Fidel se multiplicaba por asistir a los apesta- dos y llevarles los auxilios espirituales, y atin obtuvo la licencia del _comandante en jefe pa- ra trasladar los soldados enfermos al conven- to donde fueron objeto de los mas _ tiernos cuidados. En fin, en el cuartel, en el hospital, en las ambulancias, la aparicién de un angel del cie- lo no habria causado alegria més grande que la presencia del P. Fidel. Ss g7 Owe cca