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de Sigmaringa 29 tu alma? ¢Dénde la has puesto ¢Quizd en las pasiones emponzofiadas de la carne? Pues, ni los imptidicos, ni los adtilteros entrardn en el reino de los cielos. Sal del sepulcro antes que hagas de tus pecados un habito maldito, antes que empieces a despedir hedor por tus malos ejemplos; antes que tus pies y manos se vean atadas por la dificultad de obrar el bien; antes que en tu rostro deje marcadas sus huellas la lujuria; conviértete... sal del sepulcro; no tar- des en dejar el pecado. Aun cuando seas un Lazaro, muerto de cuatro dias, Cristo te Ila- ma: Lazare, veni foras, \evantate y sal fuera.» Bendijo Dios sus trabajos, y.fué incalcula- ble el fruto que recogié en los pueblos, ora en el ptilpito, ora en el confesonario. No faltaban empero desgraciados que ofan con disgusto la verdad desnuda de labios de nuestro predica- dor. En Altdorf, un sefior de la alta sociedad fué a verle después de unos sermones, y le dijo: «Padre, si quereis comer aqui buena so- pa, debeis predicar de otra manera. ¢Y qué me importan a mi vuestras sopas? respondiéd el Santo: Tened entendido que yo no pre- dico porque no me falte vuestra comida, si-

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