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2 PE 59 re once ge oe. 102 Vida de San Fidel de los Grisones. La sefiora Kyrner, impedida por una enfermedad, no pudo asistir a estas fiestas, y se contenté con rogar fervorosa- mente al Bienaventurado en favor de su hijo, prometiéndoie llevario a laiglesia de! con- vento tan pronto como la enfermedad se lo permitiese. En cumplimiento de su palabra, llevé la madre su nifio enfermo a visitar las reliquias del glorioso martir por tres veces. A la tercera vez, el nifio José, fijos los ojos en la imagen del Santo, sintié afianzarse sus pier- nas, se levantd, arrojé las muletas y empez6 a saltar enla iglesia ileno como estaba de inmensa alegria. Habiase curado radicalmente. El P. Candido de Milan estaba abrumado de una verdadera legion de enfermedades. En lo mas recio de las convulsiones que padecia arrastrabase por tierra y daba con la cabeza contra las paredes. Durdbanle estos accesos cuatro o cinco horas, y a veces dias y noches enteras, lanzando gritos, mejor dicho, aullidos espantosos. Cuanto comia o bebfa lanzdbalo al instante. Diez afios duraron estas torturas siendo la desesperacién de las eminencias mé- dicas. La vispera del domingo de Ramos, suplicé gg sp aa sa sar ®