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de Sigmaringa admirable concierto denunciaba a las claras los amorosos transportes de estos pueblos hacia el Santo. Todos a una voz proclamaban que el herdico misionero era cel honor de su nacidén, el defensor de la religién, el angel tutelar de la patria.» Después de la ceremonia, los jefes deposi- taron el féretro en la cripta, bajo el altar ma- yor, en presencia de! Obispo y del clero. Des- de entonces acuden alli millones de fieles a implorar el favor del gran héroe de la fe. La primera sepultura, la de Seljanas, que- dé propiedad de los protestantes hasta 1897 en que la adquirieron los Capuchinos de Suiza: levantaron estos una capilla en la que se cele- bré la primera misa el 13 de Julio de 1899 ante una concurrencia inmensa de peregrinos. Des- de 1622 no se habia celebrado la santa misa en aquella comarca invadida por la herejia.