BCCPAM000526-2-20000000000000

ATA y | ll q A A AAA epi rc Aa LE e 1 cla ill 80 DEL REZO DE LOS TERCIARIOS so pretexto de ocupaciones ú otros motivos seme. jantes. Si no podéis rezar el Oficio Parvo de Nuestra Señora, rezad los doce Padre nuestros, que con esto cumplís suficientemente lo mismo que si rezaráis cualquier otro Oficio Canónico. Bien poco espíritu y menos devoción demostraría tener un terciario que omitiese por desidia y negli- gencia ó por vanas excusas, el rezo de los doce Padre nuestros. Porque, en verdad, ¿qué rezo más ligero se le hubiera podido imponer? Y si ni aun éste cumple con fidelidad, sino que lo omite frecuentemente sin causas razonables para ello, ¿qué podrá esperarse que haga un terciario de espíritu tan lánguido y fervor tan mezquino? ¿Qué otra oración practicará quien omite un rezo que está tan al alcance de todos? Del insigne terciario el Papa León XIII se refiere que en cierta ocasión, en una audiencia concedida á numerosos peregrinos, de la que formaban parte algunos obispos, dirigiéndose espe- cialmente á éstos, exclamaba: «Repetid por todas partes que yo quiero salvar al mundo por medio de la T. O. de San Francisco; decid á vuestros diocesanos que también el Papa es tercero y reza cada día, antes de subir al altar, los doce Padre nuestros con el Ave María y Gloria que impone la Regla.» Ved cómo cumplía sus deberes de terciario este glorioso Pontífice entre las múltiples y gra- vísimas tareas de su ministerio apostólico. En vista de este tan noble ejemplo, permítasenos pre- guntar: ¿qué terciario podrá excusarse legítima-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz