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70 DEL REZO DE LO3 TERCIARIOS uno por cada una de las Horas menores, Prima, Tercia, Sexta y Nona, y dos por Vísperas y Completas. Todo lo cual declaró expresamente el citado Pontífice á los Reverendísimos Padres Generales de la Orden Seráfica en la audiencia que antes hemos mencionado. De suerte que el terciario, rezando sus doce Padre nuestros, ha de hacer cuenta que está recitando el Oficio canó. nico y unir sus oraciones á las de la Iglesia Cató- lica, y en nombre de ella tributar á Dios sacrificio de alabanzas, según el consejo del Real Profeta: Immola Deo sacrificium laudis. Si el rezo actual de los terciarios nada ha per- dido de su primitiva dignidad, menos aún, si cabe, ha desmerecido en su intrínseca excelencia; por- que si bien ha sido mitigado, mas no ha variado en cosa alguna su íntima naturaleza; se ha redu- cido el número de las oraciones vocales, pero aunque menos en número, son las mismas en la calidad. Cualquiera de los dos rezos que adopte el terciario, bien rece el Oficio Parvo de Nuestra Señora, bien el de los Padre nuestros, siempre pronuncian sus labios plegarias llenas de sublimi- dad y grandeza que llegan hasta el trono del Om- nipotente como suavísimo perfume de exquisita fragancia. Porque el Oficio Parvo de la Virgen es como una melodía incomparable, compuesta de las voces más armoniosas que en el Antiguo y Nuevo Testamento resonaron para bendecir y en- salzar á la Augusta Madre del Redentor, es un ramillete formado de las flores más delicadas y

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