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CONFERENCIA VIGÉSIMA PRIMERA 59 AAA portentos de virtud y santidad que las generacio- nes no se cansan de admirar. Por tanto, si deseáis medrar en la virtud, her- manos terciarios, hacer rápidos progresos en el camino de la perfección, precaveros contra los asaltos de las tentaciones, andar siempre con paso firme por la senda de los divinos mandamientos, ser, en suma, piadosos cristianos y ejemplares hijos de San Francisco, este es el camino más breve para conseguir prontamente todas estas cosas, la sagrada Comunión. La Comunión, pero frecuente y fervorosa, con toda la preparación posible, con sentimientos de fe, de humildad, de reconocimiento y, sobre todo, con mucha lim- pieza de conciencia y ardiente caridad. Con este Manjar de los ángeles se alimenta- ron todos aquellos vuestros bienaventurados her- manos que hoy brillan en el cielo con resplandores de eterna claridad. Con la frecuente Comunión alcanzaron ellos aquella pasmosa santidad y aquel cúmulo de virtudes de las que nos legaron tan preclaros ejemplos. Por este medio logró el ín- clito terciario San Luis sustraerseá los halagos de la carne y poner debajo de los pies la gloria del mundo. En la mesa Eucarística gustaba San Elzeario aquella suavidad que le hacía exclamar: «El mayor consuelo de un alma en la tierra es re- cibir á menudo el Cuerpo y la Sangre de Jesu- cristo.» En fin, por no citar más ejemplos, de la sagrada Comunión que recibía diariamente, sacó Santa Margarita de Cortona el esfuerzo necesario