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294 PARA PRESIDIR LAS ELECCIONES ritu Franciscano, el amor á la O. T., la puntualidad en la observancia de la Regla y de todo lo demás que corresponde á la santidad de su vocación. Después del Director, el primer cargo de la hermandad es el de Ministro, que es el Superior entre los hermanos, y la Ministra, que lo es de las hermanas. Los que han sido elegidos para este cargo tan principal, deben esforzarse tanto como el Director en procurar la prosperidad de la congregación. Al Ministro y á la Ministra corres- ponde atender á todos los detalles y pormenores, á los que no puede atender el Director, ya por su carácter sacerdotal, ya por sus ocupaciones en el ministerio de las almas. Ellos, más que nadie, deben proponer lo que conviene para la acertada marcha de la hermandad, ellos los que deben tomar la iniciativa, con dependencia del Director, de las obras sociales que tal vez convenga tome bajo su dirección la O. T., y ellos los que deben vigilar más de cerca la conducta de los terciarios, corregirlos ó denunciarlos al Director, informarse de las condiciones de los que hayan de ser reci- bidos, visitar á los hermanos enfermos ó dis- poner quien lo haga y, en fin, el Ministro y la Ministra, por su celo, han de ser como los pies y las manos de la asociación. Los Discretos desempeñan también un cargo muy importante, pues reunidos en Junta con el Director y el Ministro, son los Superiores de la hermandad, y los que han de resolver todo lo con- cerniente á los asuntos de la misma. A ellos per-

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