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CONFERENCIA TRIGÉSIMA QUINTA 291 tiendo lo mismo los puestos altos que los bajos, sabiendo que en la Orden de San Francisco todos los oficios, aun los más sencillos y al parecer des- preciables, son honoríficos porque se aceptan y se desempeñan por Dios, servir al cual es reinar. Advertimos que para que la elección sea válida es preciso que los elegidos tengan mayoría de votos, esto es, la mitad mas uno, y que en caso de que al tercer escrutinio no hubiese elección, el Presidente puede elegir al que haya tenido más votos y hasta, en caso necesario, al que juzgare más á propósito. Yo espero que reinará entre vosotros la harmonía, la caridad, la concordia y la buena inteligencia, para que la elección se rea- lice con el más lisonjero éxito y el mundo admire en los hijos de San Francisco la unión y la verda- dera fraternidad del Evangelio. Respecto á las cualidades que han de tener los que hayan de ser elegidos, es cosa que vuestra prudencia os lo dictará. Han de ser elegidos no sólo los buenos, sino aquellos que uno juzgare en su conciencia mejores y más aptos para el oficio. Esto, como comprenderéis, es muy relativo y de- pende de muchas circunstancias. Conviene que al frente de la congregación haya personas de res- peto, bien por su talento, bien por su posición 6 bien por la dignidad que tienen en el mundo; porque esto da prestigio á la hermandad. En este caso, si semejantes personas reunen las demás cua- lidades necesarias, no hay inconveniente en que sean preferidas. Pero con todo, búsquense los