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CONFERENCIA TRIGÉSIMA QUINTA 289 mayor conveniencia de la hermandad á que perte- necéis, el cumplimiento de un deber de concien- cia.-Puesta vuestra mira en Dios, no atendáis á respetos humanos, ni á torcidos afectos, ni á incli- naciones de carne, sino á lo que creáis ser más justo, más del honor de Dios y de mayor prove- cho para la O. T. Esta debe ser la norma de vuestra conducta. Para lo cual es preciso que tengáis vuestro ánimo libre de toda ambición, pues de lo contrario, no os sería fácil obrar sin preferencias nada rectas, ni sin apasionamientos viciosos, ni con el desinterés é imparcialidad con que en este caso debe procederse. Vuestro pro- pósito ha de ser, elegir personas aptas para el desempeño de los cargos de la congregación, per- sonas amantes de la V. O. T., celosas de su prosperidad y adornadas de las cualidades nece- sarias para ejercer dignamente el oficio que se les encomiende. Y todo esto debe hacerse guar- dándose las formalidades y disposiciones prescri- tas por la Iglesia para la legitimidad y validez de las elecciones, sobre lo cual debéis pedir consejo ó seguir fielmente lo determinado por el Director de vuestra hermandad. En cuanto al modo de hacerse la elección, la Regla determina expresamente que para esto «sean convocados á junta los socios,» en cumpli- miento de lo cual os hemos reunido en esta asam- blea. Sólo pueden tomar parte en la elección los hermanos y hermanas profesos, respectivamente, tanto para elegir como para ser elegidos á algún 19