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CONFERENCIA DÉCIMANONA 25 porque Él es camino, verdad y vida de los pre- destinados. Por eso hoy, como en todos los siglos de la Iglesia, á despecho del mundo y de todos sus amadores, nos atrevemos sus ministros á decir á todo el que quiera salvarse: «Haced penitencia; si no hicieréis penitencia, todos pereceréis; ya está la segur puesta á la raiz del árbol; haced dig- nos frutos de penitencia; entrad por la puerta an- gosta de la penitencia, porque es muy ancho el camino que conduce á la perdición.» Con el fin de comentar el parágrafo de la Regla de la V. O. T., que trata de los ayunos y mortifi- caciones que ha de practicar el terciario, me pro- pongo hablar en esta conferencia del espíritu de penitencia de la V. O. T. Dice el texto de la Regla: «Ayunarán en la vigilia de la Inmaculada Concepción de la Virgen María y de nuestro Padre San Francisco, siendo muy dignos de alabanza los que guardaren el ayuno de los viernes y la abstinencia de carnes en los miércoles, según la antigua costumbre de los terceros.» Mi objeto es demostrar que, á pesar de las modificaciones tan notables hechas por León XIII en la Regla de la V. O. T., ésta, sin embargo, tiene como distintivo el espíritu de penitencia, el cual ha de resplan- decer en todos los que abrazan tan santo Insti- tuto.—Ave María.